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sábado, 23 noviembre, 2024

Yo no fumaba y tengo cáncer de pulmón’

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Yo no fumaba y tengo cáncer de pulmón’
Ciudad de México –
Por Rodrigo Pérez Ortega y Nelly Toche y Myriam Vidal

Cuando a Judith Bautista Villa, de 40 años, le preguntan por la cicatriz que tiene en la cabeza, ella responde sin vergüenza que la operaron para extraerle un tumor cerebral, pero que el tumor original todavía se encuentra alojado en su pulmón.
Después se apresura a aclarar: “Yo no fumaba”.

La frase se vuelve cada vez más común entre el creciente número de personas que desarrollan cáncer de pulmón en el país (muchos a una edad temprana). Esta enfermedad es la primera causa de muerte por cáncer en el mundo y en México, donde cada año se diagnostican 9.000 casos nuevos y se registran unas 8.000 muertes.

Bautista pertenece al grupo de pacientes que sufren el estigma social que implica el cáncer de pulmón y que los somete a una situación de desigualdad por parte del sistema de salud, donde quedan relegados al final de la fila para su atención, como si ellos fueran responsables por su enfermedad.

De los cinco tipos de cánceres más mortales en México —mama, colon, próstata, cervicouterino y pulmón— el único que no cubre el Seguro Popular (SP), creado en 2003 para atender a la población más vulnerable del país, es el de pulmón. Tanto médicos como pacientes entrevistados intuyen que esta situación puede atribuirse al estigma prevalente de la enfermedad.

María de los Ángeles Villega, paciente oncológica con cáncer de pulmón, recibe atención médica en Ciudad de México. El cáncer de pulmón es uno de los cinco más letales y el único de ellos que no está cubierto por el Seguro Popular.

Alejandro Mohar Betancourt, director del Plan Nacional de Cáncer de México, explica que en el país “no se tiene la alta frecuencia de cáncer de pulmón asociado a tabaquismo” que hay en otros países de Latinoamérica, con prevalencias del 80 al 85 por ciento. Al sur de la capital mexicana, en el Instituto Nacional de Cancerología (INCan), por ejemplo, el 45 por ciento de los pacientes de cáncer de pulmón nunca han fumado, una cifra que se eleva hasta 67 por ciento en el caso de las mujeres.

Pero existen otros factores de riesgo para el cáncer pulmonar como la tuberculosis, la contaminación ambiental y el humo de leña. Los pacientes afectados por estas causas sufren del prejuicio y batallan para conseguir atención médica accesible y de calidad.

A la fecha, 30 por ciento de los habitantes de San Pablo Pejo sigue cocinando con leña, aseguró Isaac Puente Rosillo, director de la secretaría de Desarrollo Social del Municipio de Salvatierra, en donde se encuentra el pueblo de Hernández.

María Luz Hernández Ramos, de 56 años, pertenece a la congregación de las Misioneras de Nuestra Señora del Rosario de Fátima y llegó al INCan en 2015. “En el grupo de catequesis con mis niños me era difícil terminar la clase, sentía un dolor en el pecho del lado izquierdo”, relató mientras esperaba su consulta. Sentía dolor al toser, al respirar y al bostezar y sospechó que su dolor estaba relacionado con un problema cardiaco. “Tengo dos operaciones a corazón abierto y los médicos de cardiología me enviaron para acá”, contó Hernández.

Finalmente, durante su chequeo habitual determinaron que tenía una masa anormal en el pulmón izquierdo. “Me dijeron que tenía un tumor grande y que ambos pulmones estaban impregnados de pequeños tumores”.

Judith Bautista enfrenta el prejuicio de quienes creen erróneamente que su cáncer de pulmón está relacionado con el tabaquismo. En el INCan de México el 45 % de los pacientes de cáncer de pulmón nunca han fumado, una cifra que se eleva hasta 67 % en el caso de las mujeres.

Hernández es originaria de San Pablo Pejo, Guanajuato, una comunidad en donde se cocina con leña porque los habitantes no pueden comprar una estufa de gas o ecológica. Antes de su diagnóstico, dice, no sabía que el humo de los fogones caseros podía enfermarla.

Quitar el estigma de esta enfermedad es una tarea lenta que se conseguirá con información y educación, asegura Patricia Mondragón Celis, presidenta de Respirando con Valor A. C., una asociación de pacientes que en 2018 logró, con otras organizaciones, que se estableciera el 5 de abril como el Día Nacional del Cáncer de Pulmón. Hoy trabaja con otros institutos, incluidos el INCan y el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), para crear fondos —provenientes de la recaudación de impuestos, como ya hacen otros países— que financien proyectos en favor de la salud de los pacientes.

Mondragón Celis explica que los impuestos que pagan los compradores de tabaco no están etiquetados, pero podrían destinarse a investigación, tratamientos, servicios o campañas antitabaco. Solo en 2017 se recaudaron 39.124 millones de pesos por este concepto, una cifra que representa más de mil veces el presupuesto destinado por el Estado para combatir la obesidad en 2019.

El doctor Mohar Betancourt sostiene que México tiene un doble reto: por un lado se ha estancado —incluso, incrementado— la prevalencia del tabaquismo en el país y por el otro existen otros factores de riesgo que no están asociados al tabaco pero sí a las condiciones socioeconómicas de la población.

Humos letales
En México el cáncer de pulmón está asociado a la pobreza: uno de cada siete hogares mexicanos utilizaba leña para cocinar sus alimentos y calentar sus casas en el 2016, según un cálculo hecho con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. La mayor parte de esta población vive en el campo y en los estados más pobres, como Chiapas, Oaxaca y Guerrero. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), 3.000 millones de personas en el mundo siguen cocinando con combustibles sólidos.

La leña, el carbón, los restos de cultivos y estiércol de animales usados para hacer fuego emiten contaminantes considerados cancerígenos, como partículas en suspensión, monóxido de carbono e hidrocarburos aromáticos policíclicos.

“En mi comunidad todas [las personas] o la mayoría cocinaban con leña”, recuerda la catequista Hernández, y reflexiona: “No se me ha ocurrido regresar y platicarles”.

A la fecha, 30 por ciento de los habitantes de San Pablo Pejo sigue cocinando con leña, aseguró Isaac Puente Rosillo, director de la secretaría de Desarrollo Social del Municipio de Salvatierra, en donde se encuentra el pueblo de Hernández.

En México, diversos estudios han identificado la exposición al humo de leña como el principal factor de riesgo de cáncer pulmonar entre quienes no fuman. En el 2012, investigadores del INER, en la Ciudad de México, publicaron datos del estudio más grande hasta ese momento —involucró a 1067 pacientes— y determinaron que la exposición pasada o actual al humo de leña aumentaba al doble la probabilidad de desarrollar cáncer de pulmón.

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